viernes, 28 de junio de 2013

Ángel de Frankfurt am Main


Párrafo 175


En la madrugada del 28 de junio 1969, en el barrio neoyorkino de Greenwich Village, los gays, lesbianas y transexuales, cansados de las constantes redadas y detenciones arbitrarias de la policía de Nueva York, protestaron, se manifestaron y se enfrentaron contra sus acosadores en lo que se conoce como los Disturbios de Stonewall. Un año después se celebraron las primeas marchas del Día del Orgullo Gay en Nueva York y en Los Ángeles. En Alemania aún estaba vigente el Parágrafo 175 de la ley, aprobada en 1872 y por la que los nazis enviaron a miles de homosexuales a los campos de concentración, por considerarles anti-sociales y peligrosos para la raza aria. No fue derogada completamente hasta el 11 de junio de 1994.

“Aunque minoritaria en cuanto a las cifras, la deportación por motivo de homosexualidad fue objeto de una categoría específica, simbolizada por el triángulo rosa. Las estimaciones más recientes hablan de un total de diez mil deportados, de los cuales sólo sobrevivió el 40%”, nos recuerda Juan-Luc Schwab en la biografía que escribió de Rudolf Brazda ‘Itinerario de un triángulo rosa’ (Pág. 240-241). Lo peor de todo es que tras sobrevivir a los campos de concentración, los presos del triángulo rosa, siguieron igualmente marginados y no tuvieron derecho a ningún tipo de ayuda, ya que habían sido encarcelados según una ley no nacionalsocialista. Su ostracismo y rechazo siguieron durante muchos años. Fue el último grupo de víctimas en ser oficialmente reconocido.

El primer monumento dedicado a su memoria fue inaugurado en la ciudad de Frankfurt am Main, es una estatua de Rosemarie Trockel, que represente un ángel sujetando una banda. La inscripción dice: "Los hombres y mujeres homosexuales fueron perseguidos y asesinados durante el régimen nacionalsocialista. La matanza fue ocultada y negada, despreciando y condenando a los supervivientes. Por ello los recordamos y a los hombres que aman a otros hombres y las mujeres que aman a otras mujeres que frecuentemente todavía siguen siendo perseguidos. Frankfurt del Meno. Diciembre 1994".


Rudolf Brazda (26 de junio de 1913 - 3 de agosto de 2011), fue uno de los cerca de diez mil deportados acusados de infringir el Párrafo 175.


Llegada a Buchenwald, 8 de agosto de 1942:

Se los reunió en la sala común del barracón y recibieron la orden de coser sobre la chaqueta y el pantalón de su uniforme un pequeño triángulo de color, así como un número estarcido sobre una estrecha cinta de tejido blanco. Para la administración del campo, este número era su nueva identidad. Rudolf ya no era sino la matrícula 7952. El número ya lo habían llevado antes de él dos polacos, que habían sido transferidos a otros campos, y después dos naturales del Reich, que habían muerto de Buchenwald. Él era, pues, el quinto en usarlo.
Encima de la matrícula había que añadir un triangulito de tejido de color. Un triángulo de unos centímetros de lado, con la punta vuelta hacia abajo y cosido a la chaqueta, a la altura del corazón. El color dependía del motivo de la detención. La matrícula 7952 había estado asociada anteriormente a triángulos de colores diferentes: al principio, al triángulo rojo de los prisioneros políticos (los dos polacos), después al negro de los «asociales, refractarios al trabajo» (los dos naturales del Reich), y por fin al verde de los «criminales de derecho común» (los dos últimos portadores de la matrícula). En el caso de Rudolf el color fue el rosa, escogido para estigmatizar la homosexualidad. En resumidas cuentas, un sistema de clasificación muy sencillo, con la particularidad en el caso de los detenidos judíos. A ellos se les reconocía por una estrella amarilla, en ocasiones bicolor (un triángulo amarillo y un triángulo del color correspondiente al segundo motivo de deportación).
Rudolf Brazda
Además de la matrícula y el triángulo o estrella, el uniforme del prisionero se completaba a voluntad. En la espalda se añadían a manudo símbolos o inscripciones: reincidente, compañía disciplinaria, sospechosos de querer evadirse…, sin olvidar el NN de los prisioneros Nacht und Nebel (Noche y Niebla, de cuyo arresto y deportación no se daba ninguna información).
(…) Y como era costumbre todos los que no eran ciudadanos del Reich, en el centro del triángulo rosa le habían estampado con tinta indeleble la letra que designaba su nacionalidad: T de Tschèche, checo.
(Pág. 145-147)


Cuando no se les empleaba en trabajos particularmente duros o degradantes [los presos homosexuales], eran utilizados como cobayas humanas. Los «experimentos médicos» se multiplicaban, lo mismo que las desapariciones repentinas de los triángulos rosa. Como aquellos dos jóvenes que no tenían aún 25 años. Corrió el rumor de que habían sucumbido a los experimentos practicados en el marco de las investigaciones sobre la difteria. Se trataba de ensayos clínicos in vivo.
Además, los homosexuales eran presas escogidos sobre todo para los experimentos del médico danés Carl Vaernet. A finales de 1944, este nazi convencido experimentaba tratamientos de «inversión de polaridad sexual». ¿Su especialidad? La implantación de una glándula artificial en el ano del paciente para dispensar hormonas al organismo desde allí. Esperaba efectos positivos sobre las preferencias sexuales de sus cobayas.
(Pág. 172)



Libro: Rudolf Brazda. Itinerario de un triángulo rosa.
Autor: Juan-Luc Schwab
Editorial: Alianza Editorial

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